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Existimos. Población LGTBI en cifras según el INEI

Primer intento por conocer la situación y la problemática

Publicado: 2018-06-29

La marcha del orgullo LGTBI (lesbiana, gay, transexual, bisexual, intersexual) se realiza esta semana (28 y 30 de junio) en distintas ciudades: Ica, Iquitos, Piura, Tarapoto, Lima, Arequipa, Cusco, Ayacucho, Moquegua, Tacna, Chiclayo, Trujillo y Callao. Habrá también actividades previas, que incluyen conversatorios, muestras de cine, teatro y más acciones orientadas a informar, educar y visibilizar la diversidad. La pregunta es ¿qué tanto sabemos, como país, sobre la población LGTBI? 

El Instituto Nacional de Estadística e Informática del Perú INEI, realizó la Primera encuesta virtual para personas LGTBI 2017, entre mayo y agosto de ese año. Luego de revisarla podemos sacar algunas conclusiones, para saber cuál es la situación de la población LGTBI, y reflexionar sobre qué hacer, como sociedad, para que el Perú sea un país cada vez más inclusivo y respetuoso de los derechos.

Este es un primer esfuerzo por identificar cuál es la situación y la problemática de la población LGTBI, en un país que se niega a reconocer la diversidad. Las personas LGBTI en el Perú, son muchísimas más de las que accedieron a esta encuesta virtual (por ejemplo las que no tiene acceso a Internet, no se enteraron de la encuesta o no viven en el ámbito urbano).

La encuesta fue aplicada a 8630 personas, de las cuales según su orientación sexual (atracción sexual, emocional, a personas del mismo o distinto género) se definieron como:

Según su identidad de género (vivencia interna del género, puede corresponder o no al sexo asignado biológicamente) 87% de las personas encuestadas afirmaron no ser una persona trans. 3% se identificó como trans masculino, 2% como trans femenina y 7,5% como persona de género no binario.  

Discriminación
¿Alguna vez te impidieron ingresar a un espacio público, dificultaron tu derecho al voto o fuiste víctima de violencia sexual por tu identidad de género u opción sexual? 
La mayoría de las personas heterosexuales o que se identifican con su sexo biológico (personas cisgénero) no tuvieron problemas con expresar su afecto o su modo de ser en su cotidiano, o en ejercer sus derechos. Las personas LGTBI, sufrieron distintos actos contra su persona y sus derechos.  


El 62.7% afirmó haber sufrido discriminación o violencia. La mayoría de estos actos (65.5%) sucedieron en espacios públicos y en ámbitos educativos. Los principales agresores son padres de familia, compañeros de estudios y líderes religiosos.

El 84% de los actos de violencia que sufrieron son gritos, amenazas y hostigamiento. El 26,2% de los encuestados que fueron víctima de violencia indica que los obligaron a cambiar de apariencia y el 17% fueron víctimas de violencia sexual. Como consecuencia de estos actos, la mayoría (70 %) tuvo sentimientos de exclusión y aislamiento social.  

Si a uno de nosotros o nosotras nos agreden, lo más lógico es denunciar, pero las personas LGTBI que son víctimas de violencia o discriminación, en su mayoría no denuncian porque consideran que es una pérdida de tiempo (55%), piensan que no amerita una denuncia( 40%, por miedo(33%) o porque saben que la denuncia será inútil y el agresor no recibirá una sanción (46 % de las denuncias sin sanción).  

Entorno familiar
Nuestra sociedad asume que somos heterosexuales. Que si nacemos con vulva, nos gustarán las muñecas, querremos a un príncipe azul de esposo y seremos buenas madres. Si nacemos con pene, la diversión será el fútbol, pelear, las chicas el mejor ''pasatiempo'' y la masculinidad se basa en cuántas chicas podemos ‘’conquistar’’ (como se conquistan territorios). Pero, si salimos de ese esquema y nos asumimos lesbianas, gays o transexuales, nuestra familia será el primer espacio donde disputaremos la libertad de amar, vivir y sentir, como realmente nos nace.  

Del total de encuestados el 71.5% afirma que algún miembro de su familia sabe que es una persona LGTBI. Mientras que el 24.1%, no. Las reacciones de las familias son diversas. El 43% respeta, acepta e integra a la familia al miembro que es LGTBI, el 11% de las familias se identifican con la defensa de los derechos LGBTI. En contraposición el 18% de las familias obligó a la persona a asistir a un psicólogo, curandero o pastor religioso.

El 1.4% de personas encuestadas fue agredida sexualmente para ‘corregir’ su orientación.

Cada vez se habla más de las violaciones correctivas como método para ‘’deshomosexualizar’’. Los grupos religiosos, afirman tener creyentes que fueron LGTBI y los han ‘’corregido’’.

Lo único incorrecto en nuestro país es que no todas las personas gocemos de los mismos derechos. Que exista discriminación hacia personas LGBTI y el Estado se niegue, por presión de grupos conservadores, a legislar a favor de esta población.
Esta encuesta debe ser la base de acciones concretas, políticas públicas que sancionen la discriminación contra la población LGTBI, reconozcan y sancionen los crímenes de odio y den el derecho pleno a la identidad de las personas trans.  No se reclama privilegios, se exigen derechos. El derecho a vivir en paz, a ser reconocido como tú te sientes y eres, a vivir en una sociedad respetuosa de la diversidad y a no morir víctima de la homofobia. El derecho a ser, amar y vivir en libertad.


Escrito por

Clarys Cárdenas Torres

Comunicadora, cusqueña, feminista.


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