Ante el fallecimiento de Eyvi Ágreda, Martín Vizcarra respondió que son los designios de la vida; dando a entender que si te matan por ser mujer, nada se puede hacer para evitarlo. Hoy, 28 de julio -aniversario de nuestra independencia- el presidente dio el primer paso para frenar esta ola de feminicidios, que cada 72 horas cobra una víctima en nuestro país.  

Cada caso de feminicidio, es una vida que pudo salvarse. Una historia llena de violencia. Una mujer que denunció y no fue escuchada. Un Estado ausente, que no reconoció el problema y justificó la violencia. Un juez que absolvió a un violador. Un noticiero que pregunta ¿qué hizo ella? antes de ¿cuál es la sanción para él? Cada mujer víctima, es para nosotras un ‘’pude ser yo’’.

Al fin nos escucharon

Asumir que vivimos en una sociedad machista fue difícil para el Estad. Hoy, el presidente reconoce la ausencia de enfoque de género en las políticas públicas, asume la responsabilidad que desde el gobierno se tiene para frenar la violencia de género y llama a la sociedad a luchar contra el machismo, erradicar la violencia de género y los feminicidios.

En el mensaje más importante del año, Martín Vizcarra presentó propuestas para enfrentar la violencia de género, que incluyen: la aprobación del Plan Nacional de Igualdad de género; para que ser mujer no sea una limitante en la vida pública, fortalecer el Servicio de Atención a Víctimas de Violencia Familiar y Sexual, aprobar el protocolo contra el feminicidio y la violencia de pareja, duplicar el Escuadrón Policial para la prevención de la violencia familiar, crear una unidad de protección a los hijos e hijas de madres víctimas de feminicidio e incluir el enfoque de género en las políticas públicas.

Escuchar este mensaje fue esperanzador. Cada propuesta mencionada fue gracias a las miles de mujeres que no se quedaron calladas, que salieron a exigir que dejen de matarnos. Si hoy el presidente utiliza las palabras machismo, feminicidio, violencia hacia la mujer, es porque nosotras -desde cada uno de nuestros espacios-  hemos exigido nuestro derecho a vivir sin violencia, seguras y protegidas.

Parecía que nada cambiaba, que por más marchas y plantones que se hicieran siempre habría un nombre más en la lista de las mujeres que nos faltan. Que a pesar de presentar una denuncia, siempre había un juez corrupto dispuesto a liberar al agresor. Pero hoy, nosotras hemos hecho historia. El Estado reconoce que falló y presenta propuestas para enfrentar el problema, prevenir que suceda y proteger a las víctimas.

Esperemos que estas propuestas sean el inicio, que se cumplan y den paso a otras también urgentes. Estas propuestas son necesarias, para nosotras, las peruanas y para el país en su conjunto.

¡Hacia la liberación del machismo y la violencia!